miércoles, 25 de enero de 2017

¿Realmente ha sido benéfico el TLC?

Yo creo que si... pero creo que parcialmente si. Me explico:
El TLC fue muy criticado en su momento por que nos ponía a pelear con la máxima potencia a nivel mundial en materia de economía...lo hicimos decorosamente pero nos olvidamos que los beneficios deberían ser para todos los mexicanos.
Los mayores beneficios no vinieron de manos de los empresarios mexicanos, estos fueron abrumados por el tamaño de la competencia; quienes si vieron una gran oportunidad fueron las marcas extranjeras, principalmente asiáticas, que empezaron a poner sus plantas por razones de cercanía, bajos aranceles hacia los EEUU y MANO DE OBRA BARATA.
Siempre he sido un crítico de esto último y es precisamente ese esclavismo el que nos tenía en la posición de ventaja mercantil con nuestros vecinos generando el superhabit comercial del que, obviamente, la mayor parte del pueblo nunca se benefició.
Según el sitio México Máxico el salario mínimo -que es un indicador muy acertado para comparar los salarios promedio- ha perdido su poder adquisitivo desde la década de los 70 hasta el punto en que la gente hoy tiene la capacidad de compra de la época de la Segunda Guerra Mundial... incluso menor que cuando Cárdenas fue presidente (tabla comparativa del poder adquisitivo del salario mínimo).
Así pues la posible renegociación del TLC debe traer a México la triste lección de que no podemos basar nuestra competitividad ni en ahorcarnos los unos a los otros ni en "poner los huevos en una sola canasta".
México es más grande que sus dirigentes, así lo demuestra la historia: Los gringos fueron prácticamente derrotados en la batalla de Palo Alto y La Resaca, justo cuanto Taylor mandaba al emisario para rendirse -dicen- se cruzaron con otro emisario mexicano, el gringo quien les preguntó a que iban: El emisario mexicano contestó que a pedir tregua para recoger cuerpos y ceder la plaza... El emisario gringo iba a pedir lo mismo a los mexicanos, pero se quedó calladito. Lo mismo pasó en la batalla de Monterrey y en la de La Angostura... los mexicanos peleamos valientes y les ganamos realmente a las tropas norteamericanas.... pero nuestros generales muertos de pánico y sin saber ser victoriosos entregaron las plazas.
Hoy es tiempo de no entregar plazas, es tiempo de formar alianzas comerciales, de ver hacia otros lados, de no conformarnos, de apoyarnos los unos a los otros, de dejar de explotarnos, de creer en nosotros mismos y en que un aumento real a nuestro poder adquisitivo (que no al salario mínimo) es la base fundamental para hacer de México la nación grande y poderosa que está llamada a ser.
Es hora de dejar nuestras diferencias y de pelearnos como perros y gatos, es momento de encontrar la coyuntura de las coincidencias y hacer que este sea el escaparate para un nuevo y muy largo milagro mexicano.
YO SI CREO EN MÉXICO Y EN UN MÉXICO GRANDE... ¿Y TÚ?