jueves, 13 de abril de 2023

Migrantes fallecidos

 Por Carlos de Luna Sáenz

Desde que el que escribe tiene uso de memoria México ha sido un país que recibe con las manos abiertas a toda clase de inmigrantes, muchos de ellos solo de paso, algunos otros solo de visita y que terminan quedándose y otros que ven en México el lugar donde siempre quisieron crecer (o nacer).

México es el país con más Estadounidenses de América fuera de los EEUUA en todo el mundo, más de un millón de ellos viven sin sus papeles en regla, muchos centroamericanos y sudamericanos han tomado nuestro país para el paso al "sueño americano" y muchos de otras regiones del mundo han decidido probar suerte en nuestro hermoso país.

Desde hace unos 15 años esto se ha convertido en un problema, pero no por los migrantes mismos si no por el contexto con el que se han movido. Desde finales del sexenio de Fox y principios del de Calderón se inició "la guerra contra las drogas" donde los grupos criminales empezaron no solo a armarse y volverse más violentos si no que también "diversificaron sus actividades", los Zetas y el Cartel del Golfo  (en particular) empezaron a secuestrar a migrantes de paso (provenientes de Centroamérica y que tenían como destino el cruce a EEUUA por la zona de Texas/Tamaulipas) y hacerlos esclavos para poder "cubrir" sus otras actividades. Oros carteles simplemente los secuestraban por dinero y las bandas de polleros se empezaron a aliar con estos grupos violentos  a lo largo de toda la frontera norte, haciendo de este un tránsito tortuoso para cualquier personas (incluidos los propios migrantes mexicanos).

Por otro lado el endurecimiento de las leyes de EEUUA y su negativa a que pasaran los procedimientos legales de aquel país en sus instalaciones generaron en México un problema de contención de personas que no se querían quedar en México ni regresar a su país a pesar de no ser bienvenidos -de momento- en los EEUUA.

Los hacinamientos en los albergues empezaron a ser una constante y un punto de corrupción dentro del Instituto Nacional de Migración, quienes operan estos como una cárcel en vez de un centro de espera de estas personas para la resolución de sus solicitudes.

Los incendios por protestas del trato dado por estas autoridades empezaron a generarse y ante la falta de cambio en el trato la tragedia solo tomaría tiempo.

El gobierno actual le ha fallado en este sentido a migrantes y mexicanos que esperan convivir armónicamente y con ganas de ser compañeros en el trance de su migrar. Ha fallado al ser garante de la seguridad para los migrantes y para los nacionales y ha fallado -sobre todo- en tratar a estas personas como lo que son: seres humanos dignos en busca de mejores oportunidades-.

La tragedia en Ciudad Juárez es sólo el reflejo de esa política y aunque se realicen investigaciones y se finquen responsabilidades el fracaso ya es evidente y la corrección de estos mecanismos debe ser inminente.

Agentes de la GN de México junto a los cadáveres recuperados.

El trato de los inmigrantes bajo este contexto ha provocado que un grupo de mexicanos tomen sentimientos xenófobos ante quienes antes se les tendía la mano (lo cual, ciertamente, ha sido amplificado y aumentado por aquellos migrantes -una minoría insignificante- que se les da la mano y se toman el pie).

Así la respuesta del gobierno a los 39 muertos y otros heridos en este evento refleja la insensibilidad que la política migratoria ha tenido a lo largo de estos 4 años: Un presidente que no quiere oír las quejas de quienes cruzan por este via crucis y que los tilda de ser mandados por la oposición para presentarles sus quejas; un manejo irresponsable de las instalaciones y una respuesta tardía (no solo en el momento, si no después de este) para manejar la situación.

Hoy ha muerto la solidaridad mexicana hacia los migrantes... Hoy nos convertimos en algo peor de lo que criticábamos a los EEUUA. Y eso nos debe hacer reflexionar en cuantas cosas se están haciendo mal, tanto en este como en otros temas.

lunes, 9 de enero de 2023

CDMX

 Por Carlos de Luna Sáenz

Tiene aproximadamente 7 años que no escribo de algo específico de alguna entidad, en este caso particular de la CDMX (http://elizquierdozo.blogspot.com/2016/02/cdmx-triste-muy-triste.html ) y las cosas parecen ser peores cada día.

Si bien en la época de Espinoza Villarreal el PRI confirmó el por qué es y ha sido siempre la peor opción para gobernar (por lo menos la CDMX) hay muchos patrones que parecen estarse repitiendo de manera alarmante y en específico aquellos que tienen que ver con el solapamiento de actos de corrupción y la ejecución de prácticas nefastas de promoción personal durante esta administración; y como en todos los acasos al perro más flaco siempre se le cargan las pultas en esta administración el Metro de la Ciudad de México, que debería ser orgullo nacional y ejemplo a nivel mundial por su extensión y la cantidad de usuarios a los que sirve, es una vergüenza en su administración, su seguimiento a obras y la falta de mantenimiento por todas las líneas.

El metro ha tenido pocas labores serias de mantenimiento, casi todas cercanas a "la oficina de los jefes" (es decir en la línea 2 en las estaciones cercanas al Zócalo), sin embargo eso no ha hecho evidente que esta labores de conservación son irrisorias, no se puede dejar de recordar el desplome de las escaleras en el metro Nativitas en 2015, o más recientemente los tres años que estuvieron desconectadas las escaleras en el metro Tacuba en el trasborde de la línea 1 a la 7. Sin embargo a nadie le pasaba por la mente que todo ese abandono sería una bomba de tiempo y que todas las administraciones oraban por que fuera la siguiente a la que le explotara todo, así fue como Ebrard no hizo mantenimiento correctivo serio, mucho menos preventivo, no digamos Mancera, Obrador o el mismo Cárdenas.Las instalaciones son un asco en todas las líneas, en la línea 7 (la de mayor profundidad) abundan las goteras, en la línea 2 no existen los controles o las luces adecuadas en los túneles entre estaciones, en la linea 3 los carros se van desarmando, en la línea 9 los plafones se caen a pedazos y así podríamos seguir línea por línea.Actualmente y como "respuesta" a esta problemática la respuesta del GCDMX ha sido mediocre. El asesinato culposo de la línea 12, responsabilidad de por lo menos los 3 últimos jefes de gobierno y de TODOS  los directores del STC se ha manejado con una evidente manipulación política que da asco, quedarán presos "peces menores" y ni siquiera generó el despido o renuncia de la titular de la dependencia, si no que se le ha protegido de todas la manera posibles. Tampoco la explosión de las instalaciones de la subestación eléctrica entre Xola y Villa de Cortés, los continuos incidentes de humaredas o fuego en los vagones, y ahora con el accidente de la línea 3 nuevamente se genera un chivo expiatorio a niveles medios o bajos de la administración.

Si, hay cosas buenas como la remodelación total de la línea 1, pero ante todo esto ese gran esfuerzo palidece y se vuelve insuficiente.

Y lo peor es que no solo se trata del metro si no de un problema sistémico en todas las dependencias del ejecutivo de la CDMX, una mala administración hacia donde se voltee: servicios básicos, servicios dependientes de las alcadías, mantenimiento a vias de comunicación, etc. 

Si fuéramos coherentes como personas de izquierda todos estaríamos pidiendo la renuncia inmediata de Claudia Sheimbaun y de la fiscal de la ciudad; si hubiera coherencia ideológica López Obrador mismo denunciaría la maraña de corrupción en la ciudad y se buscaría acabar con ella, pero a nadie le interesa arreglarla, muy al contrario a todos los políticos de todas las facciones les interesa extenderla de la manera más ampla posible (y para muestra también podríamos poner a Gabriela Cuevas y todas acciones realizadas para generar su propia red de corrupción dentro y fuera de su delegación).

Esto es un grave problema por que nos pinta no solo como sociedad (una sociedad corrupta desde el más "indefenso ciclista" que cree que las reglas no le aplican a el  y lo mismo conduce en sentido contrario que arriba de las banquetas, hasta los mismos jerarcas del gobierno y las empresas.

No podemos exigir un cambio si es de una podedumbre a otra, no debemos estar en la posición de elegir diversos sabores de caca, necesitamos sin duda un cambio estructural y cultural... pero eso no se ve venir de forma inmediata.