domingo, 7 de marzo de 2010

Dos jiribillas, cortesia de Jaime E. Rey




Dandole la vuelta a lo escrito para jesús Ortega, que el dijo que lo estaba leyendo via un mensaje de Twitter del 28 de Febrero y al no obtener los comentarios (dicen que al buen entendedor...)... dejemos aqui dos contribuciones que nos mandan desde el Estado Grande.

LA JIRIBILLA

Por Jaime E. Rey

El Papa Juan Pablo II perdonó y protegió a su amigo, el pederasta Marcial Maciel cuando sus crimene sexuales salieron a luz.

Falta saber si hay un Dios que perdone al mero, mero de la iglesia católica y a lo perdonadores profesionales de las religiones.

El padre Maciel compitió por el campeonato mundial de pederastia. Como todos los numerosos curas pederastas en el mundo fue exonerado y perdonado por el Vaticano.

Su entrañable amigo, el Papa, incluso habló de canonizar al criminal fundador de los Legionarios de Cristo. Después cuando la criminal saciedad sexual de Maciel y su predilección por los niños se convirtieron en escándalo mundial se lavó las manos de él, como las ratas abandonan el barco cuando este está por hundirse.

Cuando un honesto periodista reveló los crímenes de Maciel en la revista, Contenido, se formaron filas de indignados influyentes religiosos, políticos, profesionales y empresarios para ser los primeros en encender la fogata y quemarlo con leña verde.

La hipocresía es tan fácil como el perdón de los humanos y tan pronto como comprendieron el peligro de defender lo indefensible ante la opinión mundial se unieron a la indignación pero a Maciel nada le hicieron.

No sólo el Vaticano ha sido cómplice, también los gobiernos de los países católicos y de Estados unidos. No se de un sólo cura o predicador de otra religión que haya sido encarcelado por el crimen de abusar sexualmente de indefensos niños.

Las religiones son tan alucinantes como las drogas sicodélicas. Los religiosos tienen algo que temer o no perderían sus domingos hincados escuchando mensajes de salvación. Todos buscan un “password” a la gloria, aunque sólo hay evidencia circunstancial de que esta existe.

Con esa prepotencia tipia del beato me han preguntado por que no soy religioso, que si soy ateo, “gracias a Dios”.

No soy religioso porque Cristo no lo sería. La única vez que como adulto se paró en un templo madreo fuerte a los fariseos. ¿Qué no haría con los actuales que a crímenes anteriores han sumado la pederastia?

Cristo no habría abrazado a Maciel y besado su mejilla como lo hizo el Papa cuando le ofreció protección al inicio del escándalo. Es que el perdón divino no es tan fácil como lo venden en las iglesias.

Los evangélicos dicen que el perdón es por la gracia de Dios. Según ellos si alguien mata a un marido, viola a la esposa, abusa del pequeño hijo y se roba los muebles y el coche con sólo aceptar a Cristo como su único y seguro salvador ya está perdonado y tiene reservado un asiento a un lado de Dios Padre. Así de fácil.

Los católicos creen que la salvación es por obras pero igual de fácil es el perdón. Usted se confiesa ante un cura que a lo mejor se está masturbando mientras lo escucha o, Dios guarde la hora, tiene a uno de sus hijos haciéndolo, a la Maciel; le dan una oración de penitencia, la lee en un libro, deja un billete y listo para ir a pelearle al evangélico el asiento a la diestra de Dios Padre. Así de fácil.

Ese asiento tiene un precio muy alto. Todas las guerras que ha habido han sido en el nombre de Dios. Últimamente el petróleo es objeto de contención pero aun hay que probar que el Dios propio es mejor.

¿De donde sacan que un hombre común, y los supuestos pastores son tan comunes como los demás, puede escuchar una confección y perdonar pecados? No hay evidencia bíblica de que esta barbaridad sea don divino a pecadores privilegiados. Tampoco hay evidencia de que un humano, llámese Papa o lo que se le llame, puede canonizar santos.

Ni hay evidencia confiable de que el apóstol Pedro estuviera algún día en Roma, mucho menos que fundara la religión del pederasta Maciel.

¿Qué hace descomunal a un Papa, qué lo hace santo? No hay nada en ninguna escritura exceptuando las católicas redactadas por hombres con interés mezquino que justifiquen tales anomalías.

La iglesia que Cristo y sus apóstoles fundaron es el cuerpo de fieles seguidores de Cristo, no los edificios ni las religiones. Eso si está en la Biblia que supuestamente guía a los “pastores de Cristo o Testigos de Jehova”. Esta última religión, como el mormonismo, es invento gringo.

Meditemos, sí los gringos provocan guerras por que son un rico negocio, ¿Por qué nos han invadido con religiones de su invención?

Jiribillas.jerey@gmail.com


LA JIRIBILLA

Por Jaime E. Rey

Hillary Clinton admitió que Estados Unidos es parte del problema del narcotráfico en America Latina, en conferencia de prensa en Guatemala.

¿Parte del problema? Son la principal causa. Como en todo se llevan la mayor parte.

La jefa de la diplomacia exterior de EU se refirió al desmedido consumo de drogas en su país. Como es costumbre de ellos, habló de todo lo que están dispuestos a hacer en combinación con los países latinoamericanos para combatir el tráfico de estupefacientes.

Y claro, hizo promesas de regar dólares, papelitos que son parte de la borrachera de poder y de corrupción típicos en los políticos latinoamericanos, en especial los nuestros.

Todo lo que Hillary dijo que se hará se hará en territorio nuestro. No dijo nada de lo que ellos harán en su patio. En otras palabras la guerra es nuestra. Ellos sólo la patrocinan.

Una ley de la vida tan inviolable como la ley de gravedad es la de demanda y existencia. Es lógico que sin demanda no hay motivación para producir lo que no se venderá, o se venderá a precio incosteable en bajo volumen.

Entonces la guerra de Hillary debe de empezar en su país. Algo tiene que frenar el creciente mercado de drogas. Las guerras son publicidad barata para nuestros gobiernos. Sólo han servido para exprimir dólares, helicópteros, “inteligencia” y armamento a los gringos. Ningún efecto positivo se ha logrado en ninguna parte.

Sin anular, o por lo menos debilitar el mercado, nada se logrará. Recuerdo como se atacó el problema de prostitución en Houston hace unos años. Cientos de prostitutas invadían noche y día las calles, ya no sólo del centro de la ciudad, también de los suburbios.

Todos los días arrestaban a docenas de ellas y el problema persistía. Encerraban a unas por unos días. Otras pagaban fianza y de inmediato regresaban a su esquina favorita. Tan impunes se creían mujeres y clientes que hacían sus cosas en coches o hasta recargadas en postes de luz. Imperaba el descaro.

El problema se solucionó cuando se cambió de táctica. En lugar de arrestar a las damiselas se llevaban a los clientes a una delegación, los fotografiaban, les tomaban huellas y los despedían con la advertencia, “lee mañana el periódico, vas a salir en él”. Y se turnaban los nombres a los medios.

Vaya relajo que se armó. Increíble la cantidad de hombres prominentes que gustan de pagar por esos favores y el pánico que les causa la publicidad.

El negocio dejó de ser problema, prácticamente despareció. Nada elimina los vicios pero si se pueden controlar cuando hay verdadera intención de hacerlo.

En las guerras contra el narcotráfico no se usan uniformes y no sabemos cual es el ejército más peligroso, si el oficial que dice combatir a los narcos o el de los traficantes.

A diario leemos de pollos gordos en policías y ejércitos coludidos con los narcos. Los políticos tienen protección y no se nombran pero no han de ser pocos los que están metidos en el lucrativo negocio.

Eso es lo que se debe combatir. El enemigo es un mercado demasiado lucrativo. Y como con todas las transnacionales la matriz de ese mercado está allá, frente a la nariz de Hillary.

Como reducir este mercado es el problema. Una forma es legalizando las drogas. Nada se persigue con más intensidad que lo prohibido. La época dorada del crimen en Estados Unidos fue la de la prohibición. Creó todo género de crímenes inusuales hasta entonces. Se legalizó el licor y regresó la normalidad.

Bajo del tren en Amsterdam y me marea el olor a marihuana dentro de la estación. En la calle y jardín hay jóvenes fumándola y otros drogándose. La intención de pasar unos días ahí me asustó.

Visitaba un amigo que se fue de Houston a abrir una cantina ahí. Lo encuentro y me dice, “ve a mi casa, te bañas, te cambias y te llevo a cenar”. Le pido domicilio y llave y dice, “la casa está abierta”. ¿Sola y abierta?

Le dije lo visto en la estación de trenes y admiré su valor de dejar su casa sola y abierta.

“Aquí usar drogas es legal. Hay poco crimen. Cuando legalizaron venta y uso se redujo el problema de adicción y criminalidad. Los que viste drogándose son turistas que a eso vienen pero son fáciles de custodiar. Hay prostitución controlada y hasta un museo de marihuana.

¿Por qué no intentar eso, Hillary y Calderón?

Jiribillas.jerey@gmail.com


Y por si fuera poco añadimos parte de una campaña ciudadana que refleja lo que se vve en Juarez....



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